Lesión de Menisco
¿Qué es el menisco?
Cada rodilla tiene dos meniscos, uno en la porción interna y el otro en la porción externa de la rodilla. Son pequeñas piezas de fibrocartílago en forma de C entre la tibia y el fémur que funcionan como amortiguadores. También ayudan a distribuir el peso por igual para mantener el equilibrio y la estabilidad, y facilitan movimientos suaves y controlados de la rodilla.
¿Qué tan comunes son las lesiones de menisco?
¿Cuál es la causa de las las roturas de menisco?
Las roturas del menisco son con frecuencia el resultado de lesiones traumáticas y pueden ocurrir durante deportes de alto riesgo, como fútbol, tenis y básquet. Por lo general, los mecanismos de lesiones implican movimientos agresivos en los que la rodilla se tuerce o gira sobre su eje con el pie fijo en el suelo.
Las roturas degenerativas se producen por el desgaste crónico del fibrocartílago del menisco por la edad. A medida que los pacientes envejecen, el cartílago puede volverse rígido y quebradizo. Las roturas pueden ser el resultado de movimientos de torsión o una flexión excesiva de la rodilla. Las actividades cotidianas, como subir y bajar de un auto, ponerse en cuclillas y levantar objetos pesados, también pueden causar desgarros o roturas meniscales.
Tipos de roturas de menisco
Existen muchos tipos diferentes de desgarros meniscales. En términos generales, las lesiones pueden describirse como de espesor parcial, lo que significa que solo afectan una parte o de espesor completo, lo que significa que la rotura atraviesa el menisco. Los tipos más comunes de desgarros traumáticos incluyen desgarros en asa de balde, desgarros en flap y desgarros radiales.
- Las lesiones en asa de balde (se asemeja al mango de un balde) son desgarros grandes y dolorosos que causan hinchazón significativa. Se ven con mayor frecuencia en atletas jóvenes, menores de 35 años.
- Las lesiones radiales son el tipo de desgarro más común. Ocurren en un área del menisco donde no hay suministro de sangre, lo que
limita la capacidad de curación. Por esa razón, generalmente se requiere cirugía. - Las roturas horizontales con frecuencia pueden repararse quirúrgicamente si ocurren en un área del menisco que tiene un buen suministro de sangre para facilitar la curación después de la reparación.
- Las lesiones en flap son menos comunes. Cuando causan síntomas, se puede realizar una cirugía para extraer el colgajo.
- Las lesiones que se describen como “desgarros complejos” tienen más de un patrón de desgarro. Típicamente, estos involucran tanto una rotura radial como horizontal.
- Desgarros de raíz: aprox. el 10-20% de los desgarros. Pueden acelerar el daño del cartílago y pueden conducir a una artrosis
temprana. - Las lesiones de rampa son un tipo específico de lesión de menisco que puede asociarse con lesiones de LCA. Estos son difíciles de diagnosticar y requieren un examen quirúrgico con artroscopia. Las lesiones en rampa pueden causar dolor, disfunción y, potencialmente, provocar inestabilidad.
La ubicación del desgarro
La ubicación de la lesión tiene un impacto significativo en la capacidad del desgarro para sanar y en el tratamiento correspondiente.
El menisco tiene tres zonas de vascularización (irrigación sanguínea).
- La zona roja es el perímetro externo del menisco y tiene un suministro sanguíneo adecuado para facilitar la curación.
- La zona rojo-blanca es el área de transición en el medio del menisco con un suministro de sangre intermedio y capacidad de curación intermedia.
- La zona blanca es la parte más interna del menisco sin suministro de sangre y sin capacidad de curar.
Los desgarros en la zona blanca generalmente se tratan mediante la extirpación del pequeño fragmento de menisco dañado, también llamada meniscectomía parcial. Los desgarros en la zona roja tienen un buen suministro de sangre que proporciona las sustancias biológicas necesarias para la curación después de la reparación quirúrgica.
¿Cuáles son los síntomas del desgarro de menisco?
Los síntomas comunes incluyen: una sensación de estallido, dolor localizado e hinchazón en el interior o el exterior de la rodilla, dependiendo de la ubicación de la rotura. Otros síntomas incluyen rigidez, chasquidos, atrapamientos o bloqueos. Los pacientes también pueden informar inestabilidad, rango de movimiento reducido y dificultad para caminar. A veces, después de 4-6 semanas, la rodilla puede dejar de molestar. Sin embargo, el dolor puede reaparecer durante las actividades diarias, como caminar, correr y subir escaleras, con síntomas de hinchazón intermitente, inestabilidad y bloqueo de la rodilla. Con el tiempo, un menisco desgarrado puede predisponer a la rodilla afectada al desarrollo de artrosis.
¿Cómo se diagnostica la rotura de menisco?
En TMR Buenos Aires será realizada una historia clínica detallada, con foco en los probables antecedentes de lesión y mediante exploración física se buscarán signos meniscales compatibles con desgarro. Se solicitarán imágenes radiológicas de pie para identificar ejes articulares con carga y posible compromiso artrósico. Además mediante examen de resonancia magnética nuclear (RMN) se evaluará las características y extensión del daño meniscal.
¿Cuál es el tratamiento de la rotura de menisco?
El tipo de desgarro, el tamaño y la ubicación determinarán el curso del tratamiento. El tratamiento conservador de los desgarros pequeños y parciales puede incluir reposo, hielo, compresión, elevación, medicamentos antiinflamatorios y fisioterapia. Si el dolor y la hinchazón no se resuelven en 6 semanas, puede estar indicada la cirugía.
Otros tipos de lesiones meniscales requieren cirugía. Cuando la rotura del menisco también implica una lesión del LCA, la reconstrucción del LCA debe combinarse con la reparación de la lesión meniscal. Se recomendará un protocolo de rehabilitación estándar para la reconstrucción del LCA. Todas las técnicas se combinan con inyección de Factores de crecimiento o Plasma rico en plaquetas (PRP) para
permitir que tenga lugar la curación.
Después de la cirugía, los ejercicios de rango de movimiento comenzarán rápidamente con el objetivo de lograr la extensión completa, aumentar el rango de movimiento, disminuir la hinchazón y recuperar la fuerza y el control muscular. El regreso al deporte dependerá del
tipo de deporte; sin embargo, generalmente demora de 4 meses. TMR Buenos Aires cuenta con especialistas que se ocuparán de detallar y supervisar cada paso de su rehabilitación.