Dr. Martín Estévez. Medicina Regenerativa en Naples Community Hospital. 2010
Es probable que hayas escuchado sobre las infiltraciones con PRP como una opción adecuada para tratar la artrosis y otros problemas musculoesqueléticos en la rodilla y la cadera. Sin embargo, lo que quizás no sepas es que la eficacia y seguridad de estos procedimientos pueden verse comprometidas si no son realizados por médicos con una formación académica adecuada.
Existe una preocupación creciente en salud pública debido a que, en ocasiones, las infiltraciones con PRP realizadas por médicos que no son traumatólogos especialistas en cadera y rodilla están asociadas con mayores tasas de complicaciones, tales como infecciones articulares, daño adicional al cartílago y lesiones en estructuras delicadas dentro de las articulaciones.
Imagina esto: confías en un experto para cuidar de tus problemas de salud, pero ¿qué sucede si esa confianza está mal depositada? Estas complicaciones pueden ser devastadoras y es importante resaltar la importancia de contar con médicos especialistas altamente capacitados y experimentados para llevar a cabo este tipo de procedimientos.
Está claramente demostrado que completar la especialización académica de cuatro años en Traumatología y, posteriormente, subespecializarse en patología y cirugía reconstructiva de cadera y rodilla desempeña un papel crucial en los resultados de cualquier procedimiento realizado en estas complejas articulaciones. Esto sugiere que el conocimiento específico de la anatomía articular y la experiencia del especialista en cadera y rodilla, tanto dentro como fuera del quirófano, son factores determinantes para el éxito de dichas intervenciones.
Además, la infiltración intraarticular requiere un alto nivel de precisión anatómica, especialmente cuando se deben infiltrar tendones o ligamentos dentro de la articulación, o realizar técnicas intraóseas. Incluso, las infiltraciones son aún más seguras si el traumatólogo especialista en cadera y rodilla es además cirujano artroscopista (médico traumatólogo que diariamente realiza reparaciones del cartīlago, reconstrucciones del ligamento cruzado anterior y realiza reparaciones de daños meniscales mediante artroscopía de rodilla).
El tratamiento con PRP en la rodilla o la cadera es una opción terapéutica adecuada, pero su éxito depende en gran medida de la formación y los conocimientos anatómicos del médico que lo realiza. Lamentablemente, por motivos comerciales y económicos, algunos médicos con otras especialidades como especialistas en imágenes, etc, realizan cursos de inyecciones con PRP o células madre y se aventuran a tratar rodillas, caderas y hombros. Esto plantea preocupaciones sobre la seguridad y efectividad de los tratamientos ofrecidos por estos médicos sin la formación adecuada en ortopedia y traumatología.
En ocasiones resulta insólito para el paciente descubrir que el médico que ofrece infiltrarle la rodilla con PRP en realidad tiene otra especialidad diferente a la traumatología. Por ello, se le recomienda exigir que los tratamientos que reciba sean proporcionados por traumatólogos certificados y subespecialistas con una rigurosa formación académica y profundos conocimientos de la articulación a intervenir. Esto es indispensable para garantizar la seguridad y efectividad de los tratamientos. En definitiva, cuando sufrimos un problema cardíaco, no consultamos con el ginecólogo, o cuando sufrimos de artrosis de rodilla no consultamos con el cardiólogo. Los médicos realizamos un juramento hipocrático que nos compromete con el bienestar y la integridad de quienes confían en la calidad de nuestra atención médica.